Décimo noveno día de Cuaresma

35cuaresmaAutor: Fernando Solano Vázquez

Jesús no tiene ninguna dificultad en encontrarse con los samaritanos, considerados herejes, cismáticos, separados de los judíos.  Su actitud nos da entender que confrontarse con los que son diferentes de nosotros puede hacernos crecer. Jesús, cansado del viaje, no duda en pedir de beber a la mujer samaritana. Su sed, lo sabemos, va mucho más allá de la sed física: es también sed de encuentro, deseo de entablar un diálogo con aquella mujer, ofreciéndole así la posibilidad de un camino de conversión interior. Jesús es paciente, respeta a la persona que tiene ante él, se revela a ella gradualmente. Su ejemplo alienta a buscar una confrontación pacífica con el otro. Para entenderse y crecer en la caridad y en la verdad, es preciso detenerse, acogerse y escucharse (25-1-15)

Papa Francisco

(El Evangelio de 2017 con el Papa Francisco, José A. Martínez Puche, ed. EDIBESA)