SEVILLA (2018.01.04) Ha quedado constancia por algunos analistas que el milagro de la Navidad se produjo en Sevilla en el arquillo del Ayuntamiento, en la confluencia de dos ágoras, la de San Francisco y la Plaza Nueva, verdadero cruce de caminos de los dos escenarios civiles por antonomasia de la ciudad. Y es que a modo de cueva de Belén, el Arquillo da cobijo a un magnífico Nacimiento con el que la Corporación Municipal rinde homenaje al espíritu navideño de la ciudad, un reducido espacio levantado por la traza de Diego de Riaño, entre portalones abiertos a modo de arcos triunfales, simbolizando la victoria de la ciudad. En cada uno de sus lados,  Hércules y Julio César, fundadores de la ciudad, cobijados pen su hornacinas, acompañan al Misterio Navideño, testigos simbólicos de una ciudad que se rinde a los pies del Mesías, mientras que desde la Plaza Nueva la figura ecuestre de San Fernando rinde real homenaje al Niño Dios.

Puede visitarse durante todo el día en el Arquillo del Ayuntamiento

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VI Edición de la Guía de Belenes ‘De Belén a Sevilla’ de COPE Sevilla