QUINTA EDICIÓN DE LAS JORNADAS CATÓLICOS Y VIDA PÚBLICA

 Libertar religiosa, familia y presencia de los católicos en los ámbitos de la cultura y los medios de comunicación, fueron los tres ejes de unas jornadas que este año cumplen un lustro en Sevilla.

Los días 17 y 18 de febrero se han celebrado con éxito las jornadas Católicos y Vida Pública, que han organizado el centro de Sevilla de la ACdP, la FSPA y la Archidiócesis de Sevilla con el lema “Libertad religiosa y nueva evangelización”. La apertura de las jornadas corrió a cargo del arzobispo de Sevilla, que denunció la situación que padecen millones de cristianos en todo el mundo por culpa de la intolerancia religiosa, llegando a producirse “un verdadero holocausto del que nadie habla”. En el curso de su intervención en la sesión inaugural mons. Asenjo Pelegrina recordó que “cada cinco minutos se asesina a un cristiano en el mundo por razón de su fe, cada año 105.000 cristianos son condenados al martirio en el mundo”.

El arzobispo de Sevilla subrayó también que “la situación de los cristianos ha empeorado especialmente en aquellas regiones donde el fundamentalismo islámico ha ganado influencia”, y se ha apoyado en un informe de la organización alemana Open Doors para afirmar que “las transformaciones que se están dando en el norte de África, la llamada primavera árabe, no representa una esperanza en ese sentido, sino todo lo contrario”.

La situación de España

Mirando hacia Europa y, concretamente a España, el prelado sevillano ha afirmado que se, si bien no asistimos a las situaciones descritas en otros países, “se dan limitaciones de la libertad religiosa más sibilinas”. Ha citado entre ellas la retirada de signos religiosos en escuelas, hospitales y lugares públicos, “una contradicción en una sociedad que quiere ser más abierta, plural y tolerante, pero la tolerancia –ha añadido- no se construye sobre la previa aniquilación de los signos de la fe, sino sobre su respetuosa aceptación como expresión de las creencias y de la fe religiosa que ha dado vida y sentido a la historia de nuestras comunidades y nuestro pueblo”. Se ha referido igualmente a la “conculcación de la libertad religiosa” que ha supuesto la asignatura Educación para la Ciudadanía, o la reciente decisión del Gobierno vasco de prohibir la emisión de unos spots publicitarios en la televisión autonómica en los que se animaba a los padres a apuntar a sus hijos en la clase de Religión.

En su opinión, esta situación tiene unas raíces históricas que se resumen en un “odio al cristianismo y a la Iglesia”, más allá de “pretextos posibles y más o menos inverosímiles” que los historiadores han aducido para justificar estas conductas. Mons. Asenjo ha concluido su intervención afirmando que “fuera del cristianismo ninguna otra forma religiosa ha sido perseguida con la saña y el enconamiento con que ha sido perseguido el cristianismo a lo largo de veinte siglos en todas las latitudes geográficas”.

200 millones de personas son perseguidas en el mundo por su fe

La primera ponencia de las jornadas corrió a cargo del arzobispo de Orissa (India), mons. John Barwa, y el director general de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), Javier Menéndez. Ambos relataron las situaciones especialmente tensas que se están viviendo en la India y en otros países donde no se respeta la libertad religiosa, hasta el punto de que los cristianos son perseguidos y asesinados. Mons. Barwa recordó que en los últimos cuatro años, unas 300 iglesias han sido destrozadas, se contabilizan centenares de fieles asesinados y miles de desplazados.

Especialmente impactante fue la proyección de un vídeo en el que se recoge el asalto y posterior incendio de una iglesia en la jurisdicción de Orissa. Tanto el arzobispo como el director general de AIN subrayaron que en la India hay siete estados en los que se penaliza con diez años de cárcel la conversión a la fe católica, situación que se repite en muchos países en los que el gobierno está compuesto por intolerantes religiosos.

Menéndez cifró en unos 200 millones las personas que sufren persecución y atentados contra sus vidas por la simple razón de profesar públicamente una fe distinta de la oficial. Localizó esta problemática sobre todo en países comunistas –Corea del Norte, China o Cuba- o en estados donde impera el radicalismo islámico –Afganistán, Nigeria o Arabia Saudí, como casos más significativos-.

Compromiso religioso de los jóvenes

“El compromiso de los jóvenes en la nueva evangelización” fue el título de la primera mesa redonda de las Jornadas, que moderó la periodista Mª Ángeles Fernández, directora del programa Últimas Preguntas de TVE. El primero en tomar la palabra fue Samson Kwaku, joven de Ghana perseguido por razón de su fe. Relató los diversos avatares que tuvo que superar hasta llegar a España en una patera. Su vida es la de un joven que se ve rechazado en su comunidad de origen por profesar la fe católica. En medio de tantas dificultades, destacó que intenta “ver a Dios en el otro”. Subrayó que “nunca he pedido la fe, y eso es lo que me ha salvado”.

Posteriormente, Mónica Burillo compartió el trabajo que realiza para el canal de televisión MaríaVisión. Se declaró “misionera de la televisión”, ya que es en este medio en el que lleva a cabo su apostolado. Precisamente, este trabajo ha hecho que no echara raíces en ninguno de los sitios en los que ha estado viviendo. No obstante, destacó que “el corazón del hombre es el mismo en todas partes” Con continuas alusiones a Juan Pablo II, Burillo confesó que entiende su vida como “una obra de arte que se va haciendo allí donde va”.

El último en intervenir fue el delegado de Ayuda a la Iglesia Necesitada Dominik Kustra, quien recordó algunos pasajes vividos por él en países –Egipto e Irak- donde la pertenencia a la Iglesia Católica conlleva un grave riesgo para la vida. En su opinión, “los jóvenes españoles deberían tomar conciencia de que son unos privilegiados en este aspecto”, ya que no pagan con la muerte el hecho de ser cristianos. Sin embargo, hizo especial hincapié en un aspecto que viene observando en la sociedad española, donde “se denigra y aparta al que profesa en público su fe”. En este sentido, recordó el caso de un joven que sufrió el rechazo de los jóvenes de su entorno cuando dio a conocer que formaba parte de un coro parroquial. Kustra resumió su intervención con la idea de que “el testimonio de la fe está en la raíz de lo familiar”, y que, a pesar de todo, “es necesario que hablemos de lo que somos, sin complejos”. “Dar testimonio cuesta, pero hay que tener esperanza”, concluyó.

Por una mayor protección a la institución familiar

“Si en España no estamos a palos, es por la familia”. En estos términos resumió Fernando Giménez Barriocanal, vicesecretario de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Española, la incidencia de la institución familiar en el actual contexto de crisis económica, donde se está constatando que las generaciones mayores están saliendo al rescate de los problemas económicos y estructurales de sus descendientes. En el curso de la ponencia que ha desarrollado en la segunda sesión de las Jornadas Católicos y Vida Pública, hizo un análisis de las causas y consecuencias de la actual crisis, “no sólo económica, sino de valores”. Tras hacer un elenco de los factores económicos que dibujan el actual escenario social y económico, Giménez Barriocanal aseguró que “el ritmo de vida que hemos tenido hasta ahora ya no se mantiene”.

Más allá de análisis económicos, llamó la atención sobre lo que denominó “crisis del hombre”, con la instauración del relativismo, “el sometimiento de lo ético a un consenso por mayorías”, la eliminación de la dimensión trascendental en el día a día, el predominio del utilitarismo y el nihilismo y el eclecticismo cultural, “según el cual todas las ideas son respetables, aún las objetivamente reprobables”. El ponente llevó su análisis al ámbito de la familia y el estado de esta institución, “que ha visto roto su valor”, a pesar de ser el sostén de la sociedad en un momento de grave crisis como el actual.

Finalizó su intervención con un resumen de la propuesta cristiana basada en el magisterio del papa, donde destaca la vigilancia del abuso de la tecnocracia por encima de las personas, la oferta de liberación más allá de lo material, el valor inviolable de la vida, etc. Hizo especial hincapié en “un dato terrible que quizás pase muy desapercibido: hoy se van a suicidar en España entre ocho y diez personas”. Reclamó de las administraciones públicas “políticas a favor de la familia” y concreción del principio de subsidiariedad, así como generosidad con los más necesitados y responsabilidad del sector financiero, “evitando el abuso del término ético”. Concluyó su ponencia destacando que “la Iglesia no ofrece recetas concretas, sino una forma de vida”, y recordando a los cristianos que “la dimensión económica de cada uno no puede desconectarse de la vivencia de fe”.

“La familia no es un modelo más”

En la mesa redonda posterior, sobre “la familia cristiana y la crisis del modelo de sociedad” -que moderó la presentadora del programa «Testigos Hoy» de Canal Sur TV, Susana Herrera-, Eduardo Hertfelder trazó una hoja de ruta para la familia española, con incidencia especial en “la recuperación de la identidad de la familia en la sociedad”. El presidente del Instituto de Política Familiar subrayó la necesidad de “visibilizar la importancia de la familia como pilar de la sociedad. La familia –añadió- no es un modelo más”. En este sentido  reclamó a las administraciones “una protección especial para la familia” en la que se impulsen los derechos de esta institución, “entre ellos el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones”.

Por su parte, Ignacio Sánchez Cámara, autor del libro “La familia: la institución de la vida”, destacó que “la familia es la única institución imprescindible hoy día, porque sin transmisión de la vida no hay humanidad”. En un análisis sobre las posibles agresiones actuales a la institución familiar, Sánchez Cámara destacó dos: “las medidas en materia educativa y la destrucción del concepto originario de familia, que se concreta –añadió- en la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo”. El ponente denunció el riesgo de que el poder político “se adueñe del poder intelectual, de la potestad de decidir qué es lo ético, qué está bien”. De esta forma, “si ambos poderes llegan a unirse en uno solo, estaremos en la antesala del totalitarismo”, señaló.

“Si no se remedia, España está abocada al suicidio demográfico”

El tercer ponente de la mesa redonda fue Alejandro Macarrón, autor del libro “El suicido demográfico de España”, que explicó con datos el “acelerado envejecimiento que se está dando en la población española desde los años setenta”. Advirtió de que “hoy el grupo de personas que ronda los sesenta años supera a los menores de 21 años”, con las consecuencias económicas y sociales que de ello se derivan. Llamó la atención el dato de la provincia de Sevilla, que está entre “las menos malas de España en concepto de envejecimiento medio, con 39,1 años”. En este sentido es el País Vasco la comunidad que más se ha envejecido en los últimos años. Concluyó su exposición con un dato revelador y que supone una llamada de atención sobre nuestro futuro inmediato: “faltan entre nueve y doce millones de españoles mayores de 30 años para que haya un mínimo equilibrio demográfico”. La cifra es más preocupante, sin embargo, en países como Alemania, “donde esta necesidad se cifra en 20 millones de personas”.

El obispo auxiliar presidió la misa

La sesión matinal concluyó con la celebración de la Eucaristía que presidió el obispo auxiliar de Sevilla, mons. Santiago Gómez Sierra. En su homilía, el prelado señaló que “la Eucaristía es una clave para interpretar la verdad y revelar el misterio, también en un contexto de crisis y negativismo como el que nos rodea”. “Necesitamos el encuentro con el Señor para ver la verdad”, añadió. Pidió una atención preferente a la oración, no sólo en clave personal, que nos lleve a levantar la mirada para ver en el realismo de Dios qué está pasando”. Concluyó su homilía con una llamada al “servicio de la corrección fraterna, como una evidencia de que nos importa el bien del otro”, basada en el reciente mensaje del papa Benedicto XVI con motivo de la Cuaresma.

Alegato contra el complejo de los católicos en la vida pública

La participación de los católicos en la vida pública, y más concretamente en el ámbito de la cultura, fue el tema con el que se han clausurado las quintas jornadas Católicos y Vida Pública que se han celebrado desde la tarde del viernes en el salón de actos del campus CEU de Bormujos (Sevilla). La última ponencia del programa corrió a cargo del director del diario La Razón, Francisco Marhuenda, quien comenzó su intervención lamentando que “los católicos transitamos por la vida pública con cierto complejo”.

Marhuenda se centró en la situación actual de la profesión periodística y avanzó algunas claves de su futuro, con la incidencia de internet, el descenso del número de lectores, etc. A su juicio, “el periodismo está atravesando muchísimas dificultades, al igual que el resto de la sociedad y de la profesiones, con un elevado porcentaje de parados, que dibuja un escenario complicado y difícil”. Echó en falta una presencia mayor de la ética en determinados medios y profesionales, y fue especialmente crítico con “el problema de la sobreinformación, que contrasta con un tratamiento informativo epidérmico”.

Analizó el papel del periodista católico en España, “al que cabe exigirle máxima coherencia posible”. Lamentó que se haya generado en la profesión una cultura basada en el menor esfuerzo y que “te tilden de integrista y radical cuando defiendes determinados valores contrarios a lo políticamente correcto”. “La progresía ha ganado en este aspecto la batalla de la comunicación”, añadió.

De cara al futuro, avanzó una serie de datos que deben llevar a la reflexión. El primero de ellos es “el descenso del número de lectores, no solo de prensa sino incluso de libros”. En este tema, España está visiblemente a la cola de Europa, sólo por encima de Italia y Portugal. Marhuenda concluyó su intervención con otro dato llamativo: “y es que paradójicamente la prensa goza de un enorme prestigio, incluso en generaciones jóvenes. Otra cosa –concluyó. Es que quieran seguir informados por los periódicos”.

Acto cultural y clausura

Las jornadas concluyeron con la sesión en la que intervinieron el obispo auxiliar de Sevilla, mons. Santiago Gómez; el vicepresidente ejecutivo de la Fundación San Pablo Andalucía CEU, Juan Carlos Hernández; y el director de las Jornadas Católicos y Vida Pública, Juan Caamaño; con la presencia del consiliario de la ACdP de Sevilla, Manuel Orta. Previamente, tuvo lugar el acto cultural Ecos de Dios, con la brillante intervención del Coro del Ateneo de Sevilla, dirigido por Antonio Martínez.