Una experiencia de colaboración entre la universidad y la escuela

foto_art_ceuEn el siglo XXI la educación presenta nuevos retos, esto implica una gran responsabilidad en la formación inicial de futuros maestros .La universidad no puede dar la espalda a las necesidades educativas del contexto donde se mueve. Como profesores universitarios, tener la posibilidad de trabajar en contextos reales nos posibilita tener un espíritu crítico de nuestros planteamientos teóricos, al igual que a los docentes tutores, tener como colaboradores a profesores y alumnos universitarios les posibilita tomar conciencia de su propia práctica. Qué duda cabe que el trabajo colaborativo beneficia y enriquece a todos.

Esta experiencia de colaboración se materializa a su vez con la participación en la red SAUCA (Sub-red Andaluza Universitaria de Comunidades de Aprendizaje) que la constituyen actualmente aproximadamente 46 profesores, doctores y catedráticos de las facultades de Educación, Psicología, Sociología e Historia de las ocho universidades públicas de Andalucía, un centro adscrito a la Universidad de Sevilla (CEU Cardenal Spínola) y un centro privado. Su objetivo es colaborar con las escuelas que son comunidades de aprendizaje, impartir cursos de formación a los futuros centros, nutrirles de voluntarios (principalmente entre su alumnado) y cimentar una base científica en torno al proyecto.

Nuestras experiencias de colaboración han supuesto un reto de formación continua y de esperanza en nuestra vida profesional ya que hemos sentido una experiencia propia y compartida con la experiencia de nuestros alumnos que a su vez han participado de forma activa con la comunidad educativa de los colegio. Nos gustaría expresar muchas de nuestras sensaciones que nos impulsan a ilusionarnos con nuestro trabajo , pero las vamos a resumir en las más intensas: las miradas profundas inocentes y desconfiadas, los niños y niñas que te tienden sus manos reclamando una caricia un gesto de aprobación, el olor a goma de borrar, a lápiz y papel y mucho color, y ritmo al reír, al hablar y, como no, al moverse. Pero esta amalgama de sensaciones se rompe cuando somos conscientes de las necesidades educativas que nos presenta la sociedad, que hacen recordar la envoltura del contexto escolar y cuando sales a la calle chocas con una realidad que no nos deja indiferente y a la cual debemos como educadores nuestro servicio, por ello seguiremos estableciendo vías de colaboración entre la universidad y la escuela.

Mª del Carmen Sánchez, Profesora del CEU Cardenal Spínola