Décimo octavo día de Cuaresma

18cuaresmaAutor: Samuel Amador Jiménez

[Su padre lo vio y se conmovió]. Nuestro Padre no se cansa jamás de amar y sus ojos no se cansan de mirar el camino que conduce a casa, para ver si regresa el hijo que se marchó y se perdió. Nuestro Padre nos espera siempre, no sólo nos deja la puerta abierta, sino que nos espera. No se cansa ni siquiera de amar al otro hijo que, incluso permaneciendo siempre en casa con él, no es partícipe, sin embargo, de su misericordia, de su compasión. Dios no está solamente en el origen del amor, sino que en Jesucristo nos llama a imitar su modo mismo de amar.

Papa Francisco.

(Evangelio 2016 en el Año de la Misericordia, José A. Martínez Puche, ed. EDIBESA)

III Concurso de Fotografía de Cuaresma