Los alumnos del Colegio CEU San Pablo Sevilla han celebrado su Día Cofrade conmemorando la Semana Santa con una procesión que ha recorrido la zona exterior del colegio congregando a decenas de padres y madres.
SEVILLA (2016-03-20). Los alumnos del Colegio CEU San Pablo Sevilla han celebrado su Día Cofrade conmemorando la Semana Santa con una procesión que ha recorrido la zona exterior del colegio congregando a decenas de padres y madres. En ella no ha faltado el color que han puesto los capirotes de nazareno, la música a cargo de la banda dirigida por la profesora Laura Prada y el fervor de quienes han portado el paso con atuendo de costalero. Todos los cursos han participado de esta manera de un día que ha querido conmemorar la importancia de las tradiciones de nuestra ciudad. “Valorar, comprender y cuidar el legado que hemos recibido de nuestros mayores es un valor que fomenta el respeto por lo que nos han transmitido y una motivación para seguir transmitiéndolo a las generaciones futuras” explicó el secretario académico del centro, Agustín García.
Una jornada que también ha sido compartida por el cuerpo directivo de la Fundación San Pablo Andalucía CEU, con la presencia de su director general, Juan Carlos Hernández Buades, del director de Desarrollo Corporativo, Jaime Javier Domingo y de la directora del Colegio, Mª José Bello.
La procesión ha llevado a vivir un momento muy especial en el centro en el que han participado todos los cursos ante la atenta mirada de las decenas de padres, madres y demás familiares que han querido acompañar también la procesión. La profesora Virginia Salado ha interpretado una saeta que ha despertado el aplauso de todos los asistentes, y no ha faltado quienes han acudido vestidos de chaqueta y mantilla, formando una estampa memorable del día.
Como ha recordado el profesor Javier Moscoso “nuestra Semana Santa son miradas y gestos tras las capas y antifaces delante de los pasos, tras las estelas moradas y juntos a los respiraderos. Son miradas las que buscan al Señor tras las puertas cerradas en el sonido de los tambores y en el caminar de las banda (…) Saetas que se entonan calientan las gargantas, las que busca en los cestitos de los monaguillos su rostro en las estampas….(…) La belleza de este momento reside en el respeto por el pasado y en ese cuidado por una inmaculada tradición, que hace falta ver y oír varias veces para llegar a entender con el corazón…”
