La Administración electrónica en la hoja de ruta para que Europa se convierta en líder mundial en la era digital
El pasado 3 de mayo, en la Sesión Plenaria del Parlamento Europeo, se aprobó una Resolución sobre la inteligencia artificial -IA- en la era digital. Si bien no es la primera resolución que esta Institución comunitaria dedica a este aspecto, la importancia de la misma radica en dos puntos esenciales.
El primero, en que es la primera resolución que aprueba el Parlamento Europeo sobre la Inteligencia Artificial, de forma general no sectorial , con posterioridad a la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo por el que se establecen las normas armonizadas en materia de inteligencia artificial -Ley de Inteligencia Artificial- ; y, en segundo lugar, en la transversalidad con que trata la inteligencia artificial, reflejado en el extenso y detallado contenido, que no solo aborda los beneficios, oportunidades y riesgos en ámbitos como la asistencia sanitaria, la sostenibilidad, la seguridad y la competitividad, sino también el lugar que ocupa la UE en la competencia mundial de la IA, incluyendo una «hoja de ruta» para una Europa que, adaptada a la era digital, se convierta en líder mundial.
Es precisamente en esta «hoja de ruta», donde el Parlamento, dentro del denominado «Ecosistema de confianza», dedica los epígrafes 232 a 238 a la Administración electrónica, suscitándonos tres grandes interrogantes:
1º ¿Cuáles son las razones de su inclusión?
2º ¿Exige que, desde la Administración electrónica, se ofrezcan servicios y soluciones tecnológicas basados en IA?
3º ¿Incluye nuevas obligaciones o directrices a los Estados Miembros o a otras Instituciones Comunitarias?
La primera duda la despeja reconociendo que la Administración electrónica “desempeña un papel importante en el desarrollo de la economía de los datos y la innovación digital en el mercado único digital»; y por tanto, la colaboración y el intercambio de buenas prácticas en todas las administraciones públicas y de manera transfronteriza y la aceleración de la puesta en marcha de la pasarela digital única son vitales para la implantación de la administración electrónica en toda la Unión.
Efectivamente, el Parlamento pide que se acelere la puesta en marcha de la pasarela digital única y que se promueva el desarrollo de plataformas interoperables que ofrezcan servicios transfronterizos en la Unión, al mismo tiempo que se cumplen las normas de seguridad comunes en todos los Estados miembros. Asimismo, pone el acento en la necesidad de contar con expertos cualificados para el desarrollo de servicios en línea de alta calidad, de ahí que exista la necesidad de aumentar las políticas de contratación y formación de los gobiernos para las personas con capacidades digitales y con conocimiento de la IA.
Respondiendo al tercer cuestionamiento observamos que, utilizando la misma formulación de peticiones que en otras temáticas, el Parlamento se dirige a los Estados Miembros y a la Comisión Europea:
- A los primeros les pide que cumplan con la Declaración de Tallin sobre la administración electrónica y establezcan mecanismos para prestar servicios públicos digitales sin fronteras, interoperables, personalizados, fáciles de usar y de extremo a extremo, basados en la IA, a todos los ciudadanos en todos los niveles de la administración pública. Y, en concreto, les exige a los organismos públicos que apoyen y desarrollen la IA en el sector público y les recuerda que los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y los planes nacionales de recuperación y resiliencia desempeñarán un papel clave para ello.
- A la Comisión Europea le solicita que renueve el plan de acción sobre administración electrónica y cree sinergias con el programa Europa Digital para apoyar a las administraciones públicas en la adopción de la IA en consonancia con la estrategia europea de software de código abierto.
Finalmente establece, para contextualizar la propuesta, el objetivo de determinar el número de personas que utilizan los servicios de administración electrónica basados en la IA en los próximos cinco años. Asimismo, matiza que, aunque se prevea un gran desarrollo de la IA en el contexto de las Administraciones Públicas -con el consecuente impulso en la prestación de servicios públicos digitales-, se debe seguir manteniendo la interacción humana, ofreciendo alternativas fuera de línea, sin “dejar a nadie atrás”, lo que se traduce en una clara manifestación de intenciones.
En definitiva, estamos frente a una resolución suficientemente importante, completa y compleja que debe ser tenida en cuenta por las Instituciones de la UE, por el resto de organizamos internacionales que trabajan sobre el desarrollo y la regulación de la IA y por los países dentro y fuera de nuestro entorno. Un texto que amerita un análisis pormenorizado, que seguiremos abordando en sucesivos artículos.