Para el verano, un helado con sabor a desconexión digital
Después un todo un curso académico pendientes de los correos electrónicos, las videoconferencias, las plataformas digitales propias de nuestro ámbito laboral y, sumado a ello, el ocio en los entornos digitales, el verano puede ser nuestro aliado para «obligarnos» a desconectar. Y pongo las comillas en la supuesta obligación porque la desconexión es un derecho, ampliamente reconocido en nuestro ordenamiento jurídico, que resulta directamente ejercitable y que compromete a su vez otros derechos como el de conciliación a la vida personal, la intimidad e inclusive la prevención de riesgos.
Cinco horas y 45 minutos es el tiempo diario promedio que los españoles pasaron en Internet en el tercer trimestre de 2022, según el estudio «Digital 2023: Global Overview Report». Y, si estas cifras se mantuvieran en todos los trimestres, serían casi unas 2.100 horas al año que dedicamos a estar conectados a los dispositivos electrónicos.
Viéndolo en perspectiva, y sabiendo que el tiempo es un recurso escaso, debemos replantearnos, de cara al verano, las razones de por qué nos cuesta tanto apagar el móvil, no echarle cuenta unas cuantas horas o levantar la cabeza del ordenador o la Tablet.
Los expertos nos dicen que las pantallas provocan la misma reacción en todos los cerebros. Ellas tienen una gran cualidad y es que son gratificantes para el ser humano por todas las prestaciones y beneficios instantáneos que provoca al posibilitar el acceso a gran cantidad de contenido que aplicamos en nuestra vida diaria (ámbito laboral, familiar, ocio, cultura, etc.). Y cierto es que al ser humano le encanta lo gratificante.
Personalmente, si sumo verano y gratificación el resultado que obtengo es un helado. Sí, un helado refrescante, de elaboración artesanal, que te recuerde a tu infancia y a esas vacaciones “sin tiempo”, sin relojes ni móviles.
Por eso os propongo cambiar de perspectiva conectarnos con aquello que nos dé satisfacción y que nos haga sentir bien; cambiar lo virtual por lo real o al menos, en verano, acotar el mundo digital sólo para lo imprescindible.
Os propongo esta receta para disfrutar de un verano especial:
H: Horarios. Establece horarios del uso de tu móvil
E: Elimina las aplicaciones que no sean necesarias durante las vacaciones
L: Limita los espacios donde miras tu móvil
A: Abandona los chats de aquellos grupos que sean prescindibles
D: Desactiva las notificaciones de tu correo electrónico
O: Olvídate de crear contenido en redes todos los días y en exponer tu vida en el escaparate de las redes sociales
Animarnos a llevarla a la práctica, sin duda, facilitará el encuentro con nosotros mismos, con nuestro entorno y nuestros seres queridos. Porque después de probar este helado, seguramente conectaremos con lo que de verdad importa: compartir buenos momentos y conversaciones en familia, con amigos, con un buen libro, desarrollando labores de voluntariado, en esa caminata tan esperada, en esa exposición tantas veces postergada, o en ese viaje soñado, libres de pantallas innecesarias para descansar los ojos, despejar la mente y abrir el corazón.
¡Feliz verano!