El modelo colaborativo en el espacio europeo de educación superior
En mayo del 2018 está prevista la celebración en París de la Conferencia de Ministros de Educación de la Unión Europea. Se trata del encuentro educativo de mayor relevancia que se celebra en Europa.
En la última de estas conferencias, celebrada en Yerevan (Armenia) en 2015, se adoptó, entre otras medidas, la aprobación de las denominadas ESG 2015 (Standards & Guidelines), con los criterios de general aplicación en la UE en materia de aseguramiento de la calidad universitaria.
Más allá del desigual nivel de asunción real de dichas directrices por parte de los países europeos (en España a nivel autonómico), lo que sería objeto de otro debate, que resulta indudable que la adecuación al estándar europeo de calidad de nuestras universidades dependerá en gran medida de su ajuste a las referidas ESG.
Cabría preguntarse en este punto, dada su relevancia práctica para los sistemas universitarios europeos, quién define dichas directrices y qué procesos se llevan a cabo para determinarlas. Pues bien, las ESG son elaboradas, actualizadas y presentadas en la Conferencia de Ministros de Educación para su posterior elevación a rango normativo, por el denominado Grupo E4. Este grupo está formado por las cuatro entidades que representan a los diversos grupos de interés del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES): la EUA (European University Association) y EURASHE (European Association of Institutions in Higher Education), en representación de las Instituciones de educación superior; la ENQA (European Association for Quality Assurance), en representación de las Agencias de Calidad y Acreditación europeas; y la ESU (European Student Union), formada por los sindicatos estudiantiles de la UE.
Es ésta una muestra de cómo desde la alta política comunitaria se adoptan decisiones basadas en las recomendaciones de los grupos de interés, al tiempo que éstos -universidades, agencias de calidad y sindicatos estudiantiles- trabajan dando prioridad a la búsqueda de acuerdos y al mutuo entendimiento en beneficio del sector.
Otra muestra de colaboración en este ámbito lo encontramos en la EQAR (European Quality Assurance Register), órgano supervisor de las Agencias de Aseguramiento de la Calidad de la UE, cuyo board está formado por los miembros del E4 (Eurashe, EUA, ESU, ENQA), o en el grupo de seguimiento del Plan Bolonia o BFUG (Bolonia Follow-Up Group), del que estas mismas cuatro entidades son miembros consultivos.
Lo mismo podemos decir de la EQAF (European Quality Assurance Forum), cuyo Steering Committee está formado por las mismas entidades constitutivas del E4. La EQAF es una entidad creada a iniciativa de la Comisión Europea para el análisis de la evolución y las mejoras a implementar en materia de aseguramiento de la calidad universitaria, y que tiene su punto culminante en su congreso anual internacional, el más relevante del EEES en materia de calidad universitaria, cuya 12ª edición se llevará a cabo en Riga (Letonia) en noviembre y que tendré el honor de presidir.
Son solo unos ejemplos del modelo colaborativo implantado en la UE, en el que los grupos de interés, universidades, agencias y sindicatos son capaces de trabajar unidos por el interés general.